ALLENDE UN MITO FALSO dos

 No es extraño que quien defendía las tesis del determinismo racial, la genética del delito para judíos, árabes y gitanos, quien comulgaba con la eugenesia negativa de los nazis, acabara protegiendo en los años 70, siendo ya presidente, al criminal de guerra nazi Walter Rauff, residente en Chile. 

La denuncia procede directamente de Wiesenthal cazador de criminales de guerra nazis. Él puso a Víctor Farías sobre la pista cuando lo abordó, tras recibir el Gran Collar de la RFA, con la pregunta que nos sirve de título: ¿Quién era realmente Salvador Allende?La respuesta la hemos ido viendo, y se completa contestando a otra pregunta: ¿quién era Walter Rauff, el protegido de la Unidad Popular?

Walter Rauff fue el inventor del sistema de exterminio con camiones de gasolina (bencina) y, por tanto, el responsable de la muerte de medio millón de personas en Auschwitz, un criminal despiadado que asesinó "prácticamente con sus propias manos", explica Farías, a más de 100.000personas.


Simon Wiesenthal deseaba para Rauff un final similar al de Adolf Eichmann. Por eso escribió al presidente socialista narrando las atrocidades del criminal de guerra que su país acogía. 

En respuesta, Wiesenthal recibió "una carta fría". Hubo más cartas inútiles. El cazador de nazis autorizó a Farías a publicarlas. Aparecieron en el epílogo de Nazis en Chile, desencadenando una agria polémica entre el filósofo y la hija de Allende, Isabel. - 2005-04-27-L.D.España

¿Por qué en el presente debemos hacer enfasis en la personalidad de Allende? Este "mártir" dela izquierda llevo al país a la división   irreconciliable de una parte importante de la sociedad chilena, y lo peor a que las generaciones posteriores a los 90, fueran impregnadas de odio y, del  desconocimiento de la verdad de este icono de la izquierda, un verdadero "mito", pero falso. Un dios griego o romano al completo servicio de la maldad y la mentira.

La tesis de Allende, un antisemita "biológico".

Lo tiene muy difícil quien intente negar estos extremos; el mismo Allende lo dejó todo escrito en dos piezas que se han mantenido ocultas hasta hoy y que Farías ha rescatado. Se trata de Higiene mental y delincuencia, la memoria o tesis que Allende presentó en la Universidad de Chile en 1933 para obtener el título de Médico Cirujano, y el Proyecto de Ley que elaboró siendo ministro de Salubridad del Gobierno del Frente Popular (1939-1941) de Pedro Aguirre Cerda. 

Proyecto que no llegó al Parlamento por el rechazo de la sociedad en general y de la clase médica en particular, destacando la oposición frontal de las primeras autoridades del momento en psiquiatría y genética, los doctores Vila y Cubillos.

En declaraciones al diario La Nación, Allende explicó su proyecto como "un trípode legislativo en defensa de la raza": tratamiento obligatorio de las toxico-manías, de las enfermedades venéreas ("transformando en delito su contagio") y "esterilización de los alienados mentales". 

Lo increible es que no solo fue un asunto de escribirlo, estaba tan convencido que Allende preveía la creación de un Tribunal de Esterilización, inaccesible a la familia del enfermo y competente para dictar sentencias inapelables. 

Leemos en el artículo 23 que "todas las resoluciones que dicten los tribunales de esterilización (...) se llevarán a efecto, en caso de resistencia, con el auxilio de la fuerza pública".

Farías subraya las "increíbles analogías entre el proyecto nazi y el de Salvador Allende", entre la Ley de Esterilización del chileno y la "Ley para precaver una descendencia con taras hereditarias" dictada por el Tercer Reich en 1933.

El número y tipo de enfermedades que ambas normas recogen son idénticos; contienen capítulos casi iguales. En cuanto a las diferencias, es más duro Allende: la esterilización de los alcohólicos crónicos es obligatoria en el proyecto chileno, no en la ley alemana.

Pero dejemos hablar al Allende de "Higiene mental y delincuencia":

 "Los hebreos se caracterizan por determinadas formas de delito: estafa, falsedad, calumnia y, sobre todo, la usura". Refiriéndose a los revolucionarios, destaca "la influencia perniciosa que sobre las masas pueda ejercer un individuo en apariencia normal y que, en realidad, al estudiarlo nos demostraría pertenecer a un grupo determinado de trastornos mentales (...) este tipo de trastornos colectivos tienen a veces caracteres epidemiológicos, y es por eso que cuando estallan movimientos revolucionarios en ciertos países, éstos se propagan con increíble rapidez a los estados vecinos". 

Curioso pensamiento para un declarado marxista.

En una reciente entrevista para el diario La Segunda, Farías señala: "En Chile hubo y hay una gran cantidad de antijudíos. 

Lo increíble es que mientras los líderes nazistas González von Marées, Carlos Séller y Tomás Allende, el padre de la escritora Isabel Allende, afirman que los judíos son un daño, pero reconocen la pluralidad de las razas, en su Memoria Allende se muestra como antisemita en el sentido biológico".







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