¿Qué es el gobierno de Boric para el Chile actual?
La respuesta es una sola, algo peor que el gobierno del suicida de Allende.
La Unidad Popular fue una coalición de seis partidos de izquierda, que pese a sus divergencias tácticas, tenía un denominador común principal: el materialismo histórico y la idea de la lucha de clases como medios para interpretar la realidad, y la construcción de la sociedad socialista por medios violentos, y claramente hasta el día de hoy ninguna de estas premisas ha sido abandonadas, a pesar de lo fracasada de las mismas.
Estamos viviendo la globalización (no debe ser confundida con globalismo ni globalistas),que de hecho es un proceso beneficioso -una clave para el desarrollo económico futuro en todo el globo-. La globalización de no mediar algún fenómeno trascendental, como una guerra mundial o algún cataclismo natural es inevitable e irreversible, por el simple hecho de que la globalización esta acompañada del desarrollo de las ciencias y las técnicas permitidas para el ser humano.
Algunos segmentos sociales en todo el mundo miran con hostilidad y temor la globalización, porque consideran que este fenómeno del desarrollo de la sociedad humana trae consigo una mayor desigualdad dentro de cada país y entre los distintos países. Grupos nacionalistas, socialistas, izquierdistas especialmente declaran que la globalización amenaza el empleo y las condiciones de vida obstaculizando así el progreso social.
No obstante esta comprobado que la globalización ofrece por sí misma un cúmulo de oportunidades para alcanzar un desarrollo sostenido a nivel planetario. Ciertamente se debe entender que por ser un fenómeno que recién se inicia no avanza de manera uniforme, especialmente cuando el mundo hasta hoy todavía esta dividido en países desarrollados y subdesarrollados.
Existen países que se están integrando a la economía mundial con mayor rapidez que otros. En los países desarrollados que cuentan con mayores recursos, el crecimiento económico es más rápido y la pobreza tiene distintas formas de expresión al compararla con los países subdesarrollados. Pero en el transcurso del tiempo la globalización traerá como resultado que la aplicación de políticas de apertura comercial al exterior de los países mas pobres, estos caminaran en vías del desarrollo como nunca antes se pudo prever.
Un ejemplo de esto son los países de Asia oriental, que se contaban entre los más pobres del mundo hasta hace 40 años, y hoy se han convertido en países dinámicos y prósperos económicamente, aunque debemos considerar que China comunista, aprovechando la globalización económicamente ha conseguido aplacar la pobreza existente en su territorio, no eliminarla, con un costo alto en lo que se refiere a las libertades políticas que deben surgir con la globalización. Ya que a medida que mejoran las condiciones de vida es posible avanzar en el proceso democrático y, en el plano económico juntos, lograr progresos en cuestiones tales como el medio ambiente y las condiciones de trabajo.
Ahora volviendo al tema en que nos introduce la pregunta ¿qué es el gobierno de Boric para el Chile actual?
La respuesta es una sola, algo peor que el gobierno del suicida de Allende.
Debemos fundamentar esta respuesta haciendo un poco de historia.
"El 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende, candidato de Unidad Popular, venció en las elecciones presidenciales chilenas con algo más de un tercio —el 36,30%— de los votos. Los otros dos candidatos, Jorge Alessandri, del derechista Partido Nacional y la Democracia Radical y Radomiro Tomic, de la Democracia Cristiana, obtuvieron el 34,98% y el 27,84% de los votos, respectivamente, juntos sumaban 62,82% de la votación.
El triunfo de Allende cogió por sorpresa al propio Partido Socialista, que en su Convención de 1967 en Chillán había declarado: "La violencia revolucionaria es inevitable y legítima. Es el necesario resultado del carácter violento y represivo del Estado-clase. Constituye el único camino que lleva a la toma del poder político y económico y a su consiguiente defensa". Sin embargo, en la visión marxista, gobierno y poder no tienen necesariamente por qué coincidir. Por ello, disponer del ejecutivo era tan sólo una oportunidad para facilitar el tránsito al socialismo.
Pedro Vuskovic un marxista confeso poco después de su nombramiento como Ministro de Economía, aseguro que era imprescindible: "destruir las bases económicas del imperialismo y de la clase dirigente, terminando con la propiedad privada de los medios de producción".
Los socialistas declararon:
"Comprendemos que, en última instancia, el poder de la clase media reside en su poder económico... Es posible para el gobierno (por medio de la acción ejecutiva) destruir las bases del sistema capitalista de producción. Creando y expandiendo el "área de propiedad social", a expensas de las empresas capitalistas y de la burguesía monopólica, podremos quitarles a ellos el poder económico", dado que:
"El Estado burgués en Chile no puede servir de base al socialismo, es necesario destruirlo. Para construir el socialismo, los trabajadores chilenos deben utilizar su dominio sobre la clase media para apoderarse del poder total y expropiar gradualmente todo el capital privado. Esto es lo que se llama la dictadura del proletariado...".
Todo esto nos indica que aunque los izquierdistas (marxistas-leninistas) no se preocupaban excesivamente de ocultar sus objetivos, no dejaron pasar la oportunidad de esgrimir alguno de los "argumentos económicos" que los economistas de la CEPAL (Comisión Económica Para América Latina de las NACIONES UNIDAS)proporcionaron. Estos como solución para la elevada inflación y el bajo crecimiento económico que el intervencionista gobierno DC de Eduardo Frei Montalva había generado un cambio de "estructuras". Las "sugerencias" de la CEPAL indicaban como necesario modificar la distribución de la renta y la riqueza para "incrementar el mercado interno", cuyo resultado propiciaría así el crecimiento económico. Para estos cerebros incluyendo a Vuskovic, la inflación, lejos de estar causada por la masiva impresión de papel moneda para financiar el gasto público, era culpa de los oligopolios que restringían la producción y elevaban los precios a su antojo.
Para los economistas izquierdista, era necesario expulsar a los inversores extranjeros que estaban "muy ocupados explotando el país", embarcando nuestras riquezas minerales al extranjero y repatriando a sus países de origen unos enormes beneficios que, al cabo de algunos años, eran muy superiores a la inversión inicial."Chile: a 5 años de ser un país desarrollado
Según el embajador chileno en la OCDE, en el organismo internacional valoran el crecimiento económico que experimentó nuestro país en 2018 —en torno a un 4%—, además de la propuesta de modernización tributaria y la reforma al sistema de pensiones.
Dijo que hace rato que Chile dejó de ser un país en vías de desarrollo. Desde 2010 es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el primer país sudamericano en formar parte del organismo internacional.
De hecho, el año 2018 la OCDE decidió graduar a Chile y lo sacó de la lista de países receptores de ayuda internacional, debido a que superó el umbral de ingreso de 12.500 dólares per cápita fijado por el Banco Mundial. Pero a pesar de los avances, todavía no éramos un país desarrollado.
Felipe Morandé, embajador chileno ante la OCDE, en una entrevista, comentó que desde el organismo internacional destacan el crecimiento económico que experimentó Chile en 2018 —en torno a un 4%—, además de la propuesta de modernización tributaria y la reforma al sistema de pensiones.
“La OCDE ha dado su apoyo explícito al proyecto de modernización tributaria en cuanto a su propósito de fomentar la inversión privada, de simplificar el sistema y de hacerlo más equitativo horizontalmente”, señaló Morandé en la entrevista. Y agregó que, “en cuanto a la reforma de pensiones, valoran el aumento propuesto a la tasa de cotización, los incentivos para extender la vida laboral y el sustancial incremento en el pilar solidario”.
Según Morandé, en varios otros aspectos, el país tiene ya un nivel de desarrollo alto, como la esperanza de vida al nacer, la mortalidad infantil, la cobertura de la educación universitaria, instituciones sólidas, estabilidad financiera y Estado de Derecho.
Sin embargo, dijo que aún quedan desafíos pendientes para que Chile sea parte del “primer mundo”: principalmente la desigualdad y la calidad en la educación. Además, se debe hacer un cambio en materia de capacitación laboral, trabajar en la modernización del Estado al estilo neozelandés y un fuerte impulso a la innovación —en todo ámbito, pero principalmente ciencia y tecnología—.
Cuando se le preguntó en cuánto tiempo más Chile podría ser considerado un país desarrollado, respondió que “si lo medimos por PIB per cápita, estamos bastante próximos, posiblemente a no más de 4 a 5 años si mantenemos tasas de crecimiento como las del año pasado”.
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