El camino democrático es por conveniencia
"El camino democrático es por conveniencia"
En los sesenta y setentas las declaraciones en tal sentido fueron múltiples, tanto por parte del agente soviético Salvador Allende apodado "Líder" como de los partidos y máximos dirigentes de la UP, con lo cual acreditaron, de paso, que este camino "democrático" que utilizaron fue por conveniencia y estuvo por demás muy lejos de la convicción y la realidad que quieren hacer creer sus seudo-historiadores.
A ello es necesario agregar también que el MIR -Movimiento de Izquierda Revolucionaria- cuya relación con el "padrino" Allende y la Unidad Popular no será analizada aquí por escapar al marco de intención de este documento-, fue siempre de corte marxista-leninista y un fanático partidario de la denominada “vía armada” y de la "revolución cubana".
Aún más, el camino democrático fue completamente descartado durante el transcurso de 1973 desde el momento en que Allende y sus partidarios habían finalmente optado por la vía violenta "Congreso Socialista de Chillan en 1967, y la "Via Chilena al Socialismo" que nunca fue pacifica, el PCCH azuzo permanentemente la violencia incitando a tomas y saqueos tal como lo hace en el presente.
Todo fue tal como el marxismo lo ha hecho a través de su trágica historia, procediendo a internar gran cantidad de armas al país junto a un considerable número de mercenarios de la guerrilla marxista de distintos países, tales como cubanos, brasilenos, argentinos, uruguayos, instructores militares de la Alemania comunista, Checoslovaquia, Rumania y la URSS, en el caso de los rumanos estos ingresaron con la justificacion de ser tecnicos agricolas y mecanicos para los tractores rumanos importados.
Sin embargo y a objeto de atenerse rigurosamente a los hechos, es necesario consignar que, [cualquiera haya sido el motivo], el señor Allende en lo personal mostró seguir la vía democrática, engañando de sobre manera a los socialistas democráticos en el mundo intelectual; de hecho así lo hizo al menos en un principio, aunque a poco andar terminó siendo una ilusión, al resultar absolutamente sobrepasado por las fuerzas de izquierda extremistas al interior de los partidos que fueron sus compañeros de viaje, léase socialistas y comunistas.
Por lo tanto la verdad final, nos señala entre otras cosas, que Allende, aconsejado por un equipo de juristas de izquierda como el ideólogo español Joan Garcés, buscando adelantar de alguna forma implantar el marxismo-leninismo, haciendo uso de un falso respeto a la Constitución vigente y coloreándolo de mucha formalidad en cuanto a la letra de la Constitución y las leyes, atropello reiterada y flagrantemente la Constitución llamada de 1925, lo que llegó a conocerse en aquellos días como el abuso de los "resquicios legales", dichos o falencias que presentaban las casi 17.000 leyes chilenas de aquel tiempo, oscuras y anticuadas, olvidadas y distorsionadas de su contexto, buenas para aplicarlas ante el avance solapado de la marxistización del país, aun a costa de contradecir las demás leyes y el sentido general de la legislación chilena. El tramposo abogado chileno Eduardo Novoa Monreal también estuvo entre los renombrados seudo-juristas que se dedicaron a buscar la forma de burlar la democracia y sus leyes.
Una vez asumidas la sorpresa y el desconcierto del primer momento, los Tribunales de Justicia y la Contraloría General de la República iniciaron el rechazo al empleo abusivo de tales resquicios por parte del poder Ejecutivo.
Entonces el Gobierno UP comenzó a pasar por encima de los fallos de la justicia, mediante el simple expediente de dejarlos incumplidos, o a través de los denominados "decretos de Insistencia" emitidos a todo evento. Estos, conforme a la constitución vigente, posibilitaban al Gobierno prescindir de los reparos efectuados por la Contraloría General de la República, y por Tribunales de Justicia, por el simple hecho de que el decreto de insistencia fuera firmado por el Presidente y la totalidad los miembros de su Gabinete; instrumento originalmente concebido para casos calificadísimos y que la UP convirtió en una fórmula rutinariamente usual, con lo cual comenzó a gobernar a espaldas de las leyes vigentes. En otras palabras, al margen de la Ley. Esto explica lo delicada de la situación que el común de los chilenos ignoraban por el simple hecho de que la vida cotidiana del país estaba plena de las actividades de la izquierda que promovía tomas, robos, huelgas, que no permitían una vida normal a la ciudadania.
Volviendo a mencionar la actividad del gobierno de Allende estos absolutamente frente a todas las medidas asumidas por el Congreso Nacional de la época y destinadas a sancionar tales infracciones, fueron reiteradamente burladas por el Ejecutivo mediante nuevos "resquicios".
Numerosas fueron las oportunidades en que el Parlamento acusó y destituyó a altos funcionarios y Ministros de Estado, y el Presidente, en respuesta, se limitaba a cambiarlos de cargo eludiendo así las sanciones y mofándose del espíritu implícito en la sanción constitucional.
Esta situación de burla llegó a su máximo cuando el señor Allende se negó a promulgar, dentro del plazo señalado por la Constitución, una reforma a ésta, despachada por el Congreso Nacional, referente a la delimitación de las"Areas de la Economía".
Con un Presidente prestando oídos sordos a todas las advertencias y menospreciando absolutamente las sanciones, los poderes del Estado no tuvieron otro argumento, luego de pacientes esperas aguardando una posible salida sin conflictos, que representar al poder Ejecutivo no solo su salida de la Ley, sino de la Constitución.
Similares razones esgrimió la Corte Suprema de Justicia en oficio público del 26 Mayo 73 y la Contraloría, en dictamen de 2 Julio 73 y, finalmente, de la Honorable Cámara de Diputados en acuerdo del 22 de Agosto del mismo año.
A la luz de estos antecedentes sólo un conocimiento marginal de los 1.000 días UP explicaría que alguien todavía hoy se atreva a sostener que esta coalición gobernante se manejó, aunque sólo fuera formalmente, dentro de los límites señalados por la Constitución y las leyes del Estado de Derecho Chileno.
Salvador Allende y su Unidad Popular, fueron un gobierno fallido que desde el principio del mandato, no tuvo interés alguno en respetar la Democracia y las Leyes vigente, por lo tanto no había razón para considerar la continuidad del Gobierno del Estado, en manos de forajidos que no tenían la intención de aceptar gobernar para todos los chilenos, sino mas bien subyugar a la mayoría en favor de una minoría.
Comentarios