Un Heroe de la Historia de Chile (gimel)

Tehillim Salmos  ciento cuarenta.


librame Yahweh del hombre malo salvame del licencioso
cuyas mentes estan llenas de tramas perversas que planean guerra todos los dias

afilan su lengua como serpientes veneno de araña hay en sus labios
yhwh yhwh protegeme de las garras del malvado salvame del hombre licencioso que traman para hacerme caer

los arrogantes me pusieron trampas con cuerdas tendieron una red junto al camino me tendieron trampas

dije para yhwh tu eres mi Elohim prestame atencion yhwh a la voz de mi ruego tu eres mi Elohim prestame atencion yhwh a la voz de mi ruego



yhwh adoneynu señor nuestro la fortaleza que me libra tu protegiste mi cabeza el dia de la batalla yhwh
no concedas deseos para los malvados no dejes que prospere su plan para que no se jacten

que las cabezas de los que me cercan se cubran con la perversidad de sus labios
que caigan brasas encendidas sobre ellos y sean arrojados en hoyos para nunca levantarse
que los calumniadores no tengan lugar esta tierra que la maldad del licencioso lo persiga hasta derribarlo


se que yhwh defiende la causa del pobre los derechos del necesitado

los justos ciertamente alabaran tu nombre los rectos moraran en tu presencia





Lo ocurrido en aquél glorioso 11 de septiembre, sin embargo, no puede recordarse sin mencionar la dinámica de la política mundial. Eran los tiempos de la Guerra Fría que enfrentaba a los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados, con los izquierdistas soviéticos y sus satélites en diversos lugares del planeta.


Allende como fiel agente de la KGB soviética y presidente de la organización terrorista OLAS ( Organización Latinoamericana de la Solidaridad), que en el presente es el Foro de Sao Paulo y su sucursal el Grupo de Puebla de MEO, junto con Fidel Castro estaban trabajando para sus superiores soviéticos, y por ello fue determinante el apoyo que Washington, el empresariado chileno y un ejército profundamente anticomunista brindaron al Pronunciamiento Militar.

A la caída del izquierdista Allende vino la correspondiente respuesta a la acción de los representantes de la izquierda que fueron proscritos así  como todos los partidos políticos, por justas razones que se dan en momentos como estos.


Y además se dio comienzo a una represión de las actividades terroristas de grupos de guerrilleros y que gracias a la detención masiva  de los  partidarios de la UP se pudieron detectar y obstruir toda posibilidad de una guerra civil.

El Parlamento fue clausurado, y no volvio a sesionar hasta 1990, y el Poder Judicial se mantuvo en funciones independientemente durante todo el Gobierno Militar y la Presidencia del Capitán General Augusto José Ramón Pinochet Ugarte.

Ocurrieron hechos en que los organismos de Inteligencia del Estado como sus agentes se enfrentaron con los terroristas de izquierda. Sin dejar de reconocer que ocurrieron algunos excesos propios de estas batallas, el Gobierno Militar puso todo a disposición de evitar la sistematización del uso de la fuerza en la  la represión a la izquierda fratricida y sediciosa.

De aquí se desprenden los millares de militantes y simpatizantes izquierdista que salieron exiliados oficialmente o por su propia voluntad, y deben agregarse muchos exiliados que aprovecharon la situación por motivos económicos.

Un largo estado de sitio en todo el país fue clave para evitar los millares de muertos que vaticinaron los dirigentes izquierdistas si Allende era destituido de su cargo.

Repito de don Hermogeness:

"E incluso, como reconocía otro biógrafo de éste, Gonzalo Vial, que no simpatizaba con él, ya en los 2000, en cualquier parte del mundo donde aparecía alguna situación inmanejable o caótica, no faltaban las voces que exclamaban:

"¡Necesitamos un Pinochet!"."

 

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