Más de 70 mil dijeron adiós al Capitán General.

Más de 70 mil personas dieron su último adiós al Capitán General Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, que falleció el 10 de Diciembre de 2006 a los 91 años. La Escuela Militar de Santiago de Chile fue el escenario elegido para velar el cuerpo del fallecido ex-Presidente ex- Comandante en Jefe del Ejército y ex-Senador. 

Su funeral se realizó bajo un protocolo establecido para los ex comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, cargo para el que fue designado el 23 de agosto de 1973 por Salvador Allende, a menos de un mes de ser removido de su cargo por el General Pinochet y los otros tres comandantes de las FF.AA., y de Orden, el 11 de Septiembre de 1973, para salvar a Chile del  régimen socialista que pretendieron imponer los izquierdistas.

El Gobierno de Bachelet, como muestra de repudio sólo fue representado en los funerales por la ministro de Defensa Vivianne Blanlot.

Miles de personas aguardaron hasta ocho horas en fila para despedirse del cuerpo del Capitán General Pinochet, vestido en el féretro con su uniforme de gala del Ejército chileno. A la una de la tarde del día 11 de Diciembre se abrieron las puertas de la Escuela Militar a todos aquellos que quisieron contemplar al ex-Presidente Pinochet por última vez,  la jornada trancurrió con normalidad, salvo algunos pequeños incidentes protagonizados por infiltrados izquierdistas en la sala, y pequeños grupos de exaltados, quienes en la puertas del recinto militar  reclamaban ser víctimas del régimen militar, y sin respeto por la ocasión se dedicaron ha increpar y groseramente insultar a las personas admiradoras y agradecidas del ex Presidente Pinochet.

En la cubierta del féretro se extendió la bandera de Chile y se colocó el sable del Capitán General Pinochet, conforme a lo que establece el reglamento castrense cuando fallece un comandante o ex comandante en jefe. En silencio, simpatizantes agradecidos desfilaron de forma lenta pero incesante ante la urna, bajo cuyo cristal se observaba el rostro envejecido y cansado del ex gobernante, quien fue tierna y cuidadosamente maquillado antes de exponerlo al público.

La esposa del fallecido y querido Capitán General Pinochet, Lucía Hiriart, se mostró muy emocionada mientras su hijo Augusto Pinochet Hiriart, recibía el pésame de los asistentes. Por la capilla ardiente pasaron los comandantes de las tres Fuerzas Armadas y el director de Carabineros, entre otros. 

También acudieron el cardenal y arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, quien saludo con afecto a los familiares del fallecido Capitán General. Además,oro por la Patria, reclamando serenidad y bendijo la urna y su cuerpo. Al término del responso, los presentes aplaudieron y cantaron el himno nacional de Chile, incluida la estrofa que se entonó en los actos oficiales durante el Gobierno Militar, y cuando se recuerda a quien fue amado y respetado, el Capitán General Augusto José Ramón Pinochet Ugarte.

Tercera Estrofa

Vuestros nombres, valientes soldados,

que habéis sido de Chile el sostén,

nuestros pechos los llevan grabados,

lo sabrán nuestros hijos también.

Sean ellos el grito de muerte,

que lancemos marchando a lidiar,

y sonando en la boca del fuerte,

hagan siempre al tirano temblar. 

Afuera de la Escuela Militar, miles de seguidores de Pinochet aguardaban estoicamente, bajo el fuerte sol de Santiago, su turno para entrar a la capilla ardiente. Con banderas chilenas y fotografías del fallecido, coreaban consignas a favor del ex-Presidente.

"¡Chi, Chi, Chi, le, le, le. Viva Chile, Pinochet!", gritaban al unísono.

La misa fúnebre se celebro el día  Martes en horas de la tarde.  El cuerpo fue incinerado y entregado a la familia.

En todos los recintos de las Fuerzas Armadas la bandera ondeó a media asta por decisión gubernamental.

Además del nieto capitán Pinochet, otros dos nietos recordaron en la ceremonia religiosa, de más de dos horas y bajo un sol inclemente, a su abuelo, mientras que Lucía Pinochet, la hija mayor; el ex ministro Carlos Cáceres; el general retirado Juan Guillermo Toro, y el presidente de la Fundación Pinochet, Hernán Guiloff, se dedicaron a destacar a "uno de los hijos más notables de este país", el "mejor presidente de Chile" o "el hombre que cambió la historia de este país".