Muro de Berlín

Han pasado tres décadas desde la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, para aquella época en que ocurrió pareció ser uno de los hechos más notables de la historia reciente en el mundo: la caída del Muro de Berlín fue un hito que marcaba en la apariencia, el final de la Guerra Fría, la derrota del comunismo, así como servía de antecedente para la reunificación de Alemania, que no se demoró mucho en ocurrir. Y nótese la prensa ayudista no le dio relevancia al recordar la fecha.

En 30 años de lo que pareció un triunfo para las democracias occidentales sobre el izquierdismo, este se ha movido constantemente bajos los suelos en todos los países donde se respira libertad, y el espectro siniestro del socialismo de siempre, al que hoy se le agrega la frase DEL SIGLO XXI, es la muestra viva que el izquierdismo no ha decaído.

Los izquierdistas jamás se han quedado quietos ni cesantes, periodistas, intelectuales, dirigentes políticos, y masas de militantes se adaptaron a la situación de verse en los primeros tiempos de la caida, sin poder, pero ahora disfrutan mejor que los capitalistas el capitalismo, la libre empresa, y con seguridad disfrutan para engañar a los millones de tontos útiles de la democracia occidental. Sin democracia, no tienen alternativa de imponer su utópico mesianismo. 

Karl Marx y su patrocinador Friedrich Engels elogiaron con entusiasmo los logros capitalistas:          «La burguesía capitalista», declararon, «ha sido la primera en mostrar lo que la actividad del hombre puede lograr. Ha logrado maravillas (la burguesía) que superan con creces las pirámides egipcias, los acueductos romanos y las catedrales góticas; ha llevado a cabo expediciones que ponen a la sombra a todos los antiguos éxodos de naciones y cruzadas».Durante su reinado, la burguesía capitalista. Ha creado fuerzas productivas más masivas y más colosales que todas las generaciones anteriores juntas. Sometimiento de las fuerzas de la naturaleza al hombre, maquinaria, aplicación de la química a la industria y la agricultura, navegación a vapor, ferrocarriles, telégrafos eléctricos, desmonte de continentes enteros para el cultivo, canalización de ríos, poblaciones enteras levantadas del suelo, lo que en siglos anteriores  no se había igualado. ¿Un presentimiento de que tales fuerzas productivas dormían en el regazo del trabajo social? 

Por supuesto y los dirigentes izquierdista y el globalismo y los politicastros de la derecha traidora tambien lo saben. Y Chile y el resto de latino américa no son la excepción. Somos el continente más rico que la humanidad ha conocido hasta hoy, y con creces sabemos que es por causa de los izquierdistas que el crecimiento y progreso de Chile hasta hace poco más de un año fue completamente detenido. 

Poco a poco los izquierdista astuta y sibilinamente por lo que sabemos (11 de Septiembre 1973) con sus diversas profesiones  es que en los 80s se reorganizaron armaron nuevos partidos políticos, comenzaron a reivindicar nuevos "motivos de lucha" como el de los "derechos de los pueblos originarios", calentamiento global, etcéteras, y hoy la pandemia, con la ayuda de los globalistas (Soros es un pequeño ejemplo), quienes son los dueños de la mayor parte de la riqueza mundial, y los medios de producción, y Chile no es la excepción (el litio, el oro,el cobre) y les han ofrecido como a la mayoría de los políticos, que gobiernen para ellos, en su afán de implantar la hegemonía de un gobierno mundial, y la ONU y sus organizaciones son la muestra de como lo estan haciendo, en todos los campos: Salud, alimentación, educación, justicia y todo lo imaginable que sea necesario para gobernar. 

Con mucha paciencia pero con certeza los izquierdistas chilenos, sumandose a ellos los derechistas traidores, jueces y fiscales prevaricadores, y por supuesto la prensa ayudistas respondiendo servilmente a sus dueños, todos en su conjunto se han valido del sistema capitalista, en todas sus expresiones, especialmente la libertad economica que es la base del sistema. Han hecho creer a las masas que el capitalismo es la prueba de la hegemonía neoliberal, que promueve la desigualdad y la inequidad en la distribución de la riqueza.

Todo el sistema de libre mercado está cuestionado internacionalmente sobre todo desde la crisis económica no resuelta de 2008, crisis que a propósito el globalismo impide resolver puesto que dueños de los mercados los han llevado a la "cautividad" para pauperizar aún más a los pobres, mediante triquiñuelas. En Chile crecimiento excesivo del Gasto Social repartiéndolo entre los partidos políticos y sus adherentes.

Se ha exacerbado la lucha de clases, en forma explosiva aparecieron los chalecos amarillos, en Francia, Ecuador, Haití, Honduras, Líbano, Argelia, y la injustificada revolución anti-social  que ocurre en Chile a partir del 18 de Octubre de 2019. Todos contra del modelo" neo-liberal de Latino américa. En el mismo Estados Unidos, los millenials simpatizan con el socialismo. La lucha de clases dice presente y los capitalistas comienzan a temer que las revueltas se transformen en una revolución.

En una mirada de largo plazo, la caída del Muro no significó ante todo un gran triunfo para las ideas de la libertad y la democracia en Occidente. Antes por lo contrario debemos reconocer que esto fue a propósito parte de la estrategia que maneja el globalismo y sus esbirros de izquierda y derecha para imponerse. Mucho se ha dicho y escrito respecto de la historia y relevancia del "muro" que dividió la capital alemana por más de 20 años, pero el Muro de Berlín, no fue el final de una época histórica. Vale la pena recordar, pero no celebrar porque a 31 años de aquel suceso para las democracias occidentales, las amenazas se delinean contra sus sociedades libres, lo que exige renovar el compromiso con la dignidad de la persona humana, pero nunca dar paso al socialismo izquierdista.

Legitimación de la violencia política, demagogia, censura, primacía de lo “políticamente correcto” ,y el descrédito a las instituciones representativas son algunas de las armas de destrucción de la izquierda (gramscianismo socialismo del siglo XXI), que enfrentan las sociedades democráticas en la actualidad, dificultades a las cuales es necesario responder para mejorar la calidad de la política en Occidente y el mundo especialmente mirando por sacar de circulación la clase política y judicial en los distintos países afectados.

El futuro de la sociedad libre depende precisamente de que los sistemas políticos sean capaces de responder a las necesidades de la ciudadanía y las libertades no sean una cosa abstracta o propia de textos legales, sino algo parte de la cotidianidad y que sean valoradas como la base de la convivencia democrática y como en el caso de nuestro país Chile, la única alternativa que queda por delante es derrocar la DICTADURA DE FACTO, por cualquier medio que sea posible, tiempo al tiempo.

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