O CAEN POR SU PROPIO PESO

O caen por su propio peso, o como buenos patriotas apoyaremos a nuestros líderes cuando den la cara.


Si existen salidas y lo largo del camino depende de que aparezca una dirigencia anti-izquierda explícita y combativa. 
La actual dirigencia derechista es traidora y esta asustada. Estan dejando Chile, y volverán cuando la contrarrevolución haya recuperado Chile para los chilenos.

Debemos hacer historia y recordar que el patriotismo de la Junta en 1973, se vio reflejado en todos los bandos del día del derrocamiento de Allende y su UP, junto a los afanes de transformación presentes en los discursos de la mayoría los altos oficiales eran parte de un mismo fenómeno: la centralidad de la seguridad nacional. 

Vale decir hoy lo que se tiene que plantear es como lo dijo Kast:”Es urgente recuperar La Paz y la seguridad. La delincuencia el narcotráfico y el terrorismo se han apoderado de nuestro país, pero estamos convencidos que luchando juntos podremos Recuperar Chile.”

En aquel glorioso 11 de Septiembre el pensamiento militar estaba imbuido de los principios de la doctrina de Seguridad Nacional los cuales, asignaban a las Fuerzas Armadas y de Orden, la responsabilidad de la existencia de la nación. De acuerdo a ello, estas fuerzas deberían apuntar al desarrollo del poder nacional, para lo cual era necesario diseñar con claridad los objetivos nacionales. 
Ambos propósitos implicaban el desarrollo económico-social del país y la neutralización o eliminación de aquellos elementos identificados como enemigos de la nación. 

Así, el quehacer de las Fuerzas Armadas y de Orden se dirigió no solo a resguardar la soberanía externa, sino también contra el enemigo interno . 

Lo cierto que la razón la dieron y la dan el contexto del auge de la izquierda y su bastardo socialismo y obviamente la capitulación de la intelectualidad frente al izquierdismo, favoreciendo así una evolución ideológica de las Fuerzas Armadas y de Orden, centrada en los peligros desintegradores de la nación que siempre propone la izquierda, observables en las apuestas revolucionarias. 
Y en ese sentido, la guerra contra-subversiva es una tarea indispensable para volver a derrotar el izquierdismo, aunque esta vez debe tenerse presente la historia pasada y no cometer los errores que ya conocemos.