ABYA YALA

Abya Yala es el término con que los Indios Cuna (Panamá) denominan el continente americano en su totalidad (significa "tierra en plena madurez") y fue sugerido por el líder aymara Takir Mamani, quien propone que todos los indígenas lo utilicen en sus documentos y declaraciones orales, pues "lIamar con un nombre extraño nuestras ciudades, pueblos y continentes equivale a someter nuestra identidad a la voluntad de nuestros invasores y a la de sus herederos". Con este nombre, Editorial Abya Yala expresa su deseo de ser portavoz de la problemática indígena no solo en Ecuador sino en toda América Latina. Como logotipo se ha escogido una "mucahua", fina pieza de alfarería caneloquichua (Curaray, Amazonía ecuatoriana), por un motivo que puede ser maravillosamente ilustrado por un antiguo mito de los Digger californianos: "Al comienzo, Dios dio a cada pueblo una taza, una taza de arcilla y de esta taza bebieron su vida. Todos ellos la sumergieron en el agua, pero sus tazas eran diferentes... Ahora nuestras tazas están rotas" (Ruth Benedict, El Hombrey la Cultura, 1971, pág. 34).

Diez años atrás, en la Amazonía ecuatoriana, en tierra shuar, el P. Juan Bottasso constató una serie de hechos que motivarían el inicio de las publicacio­ nes tituladas "Mundo Shuar", cuyo desarrollo y ampliación desembocó en lo que es hoy Ediciones Abya Vara:

1. La cultura shuar es algo vivo, en plena evolución. Tanto en el campo de la lengua como en el de las costumbres se están creando fórmulas nuevas. Pero todo lo nuevo que va naciendo resultará vital e inteligible solo a la luz del pasado. Las ge­ neraciones jóvenes no pueden proyectarse hacia el futuro con una personalidad original sin conocer sus raíces culturales. Esto es evidente pero nada fácil en la práctica, porque los sistemas vigentes en educación prescinden completamente de este marco de referencia y crean las premisas para un abandono completo de la tradición.

A los ancianos les va siendo, progresivamente, negada la posibilidad de transmitir la sabiduría de la cual son depositarios y, además, obviamen­ te, van muriéndose. Es urgente recoger de sus la­ bios ese caudal de conocimientos para que sean objeto de estudio y reflexión de parte de los mis­ mos hijos de este pueblo. Se trata, además, de una riqueza que pertenece a la humanidad entera.

2. Sobre el pueblo shuar se ha escrito bastante des­ de la segunda mitad del siglo XVI. Misioneros, viajeros, exploradores, autoridades locales han reunido una infinidad de apuntes, descripciones, observaciones, tentativas de gramáticas y vocabu­ larios... De todo este material no queda sino una pequeña parte que se halla, prácticamente, inac­ cesible al público y a los mismos estudiosos.

3. Hoy van multiplicándose los estudios de tipo et­ nográfico, antropológico, Iingü ístico. Son muchos los estudiantes y los especialistas, sobre todo ex­ tranjeros, que demuestran gran interés por cono­ cer la cultura shuar. En estas investigaciones los shuaras no deben ser simples objetos, sino colabo­ radores conscientes y críticos.

4. La educación de las nuevas generaciones exige instrumentos adecuados. Los libros de texto no podían evitar ser alienantes, por haber sido conce­ bidos por otro universo cultural. Es urgente que esto cambie del todo y solo puede cambiar con el aporte de los shuaras.

Desde 1976 hasta hoy, la colección "Mundo Shuar" se ha enriquecido y ha resu Itado un apoyo considerable y eficaz para la educación radiofónica shuar y para el proceso de organización y concienti­ zación de su pueblo.

La misma Federación Shuar, con la que "Mundo Shuar" mantuvo siempre estrecha colaboración, se encargó de difundir en su propio medio gran can­ tidad de publicaciones y varios títulos fueran adop­tados como libros de texto por el Sistema de Educa­ ción Radiofónica Shuar.

Uno de los últimos libros de Claude Lévi-Strauss, "La Potiere Jalouse" se basa, en gran parte, en tex­ tos de mitología publicados por esta colección.

En 1981 se publicó el primer título sobre los ind ígenas andinos"¿Escolarizar al Indígena? de An­ tonio Polo SDB, con el que dio comienzo la colec­ ción "Mundo Andino", que se propon ía dar a cono­ cer el rico patrimonio cultural de los pueblos indíge­ nas de la sierra. Ahora la colección cuenta con 40 publicaciones.

En 1983 se da cabida a materiales sobre otros pueblos indígenas. Así surgen obras sobre los qui­ chuas amazónicos, los chachis del occidente ecua­ toriano, estudios etnohistóricos, relatos de viajeros que aparecen en la colección Ethnos, enriquecida con títulos sobre pueblos indígenas de otros países.

Fue entonces cuando surgió la idea de unificar todas estas colecciones bajo un solo sello editorial: ABYA YALA.

El mismo año 1983 se amplió el campo con la edición quincenal del boletín KIPU destinado a reproducir todo cuanto aparece en la prensa ecua­ toriana sobre el mundo indígena. Hoy este boletín recoge una considerable cantidad de material perio­ dístico acumulado en ocho tomos.

Fruto de esta expansión fue la apertura hacia los problemas culturales afroecuatorianos con la publi­ cación de cuadernos sobre la tradición oral negra y ensayos de análisis e interpretación de sus formas poéticas.

Ninguna de las nuevas iniciativas significó el aban­ dono de las anteriores. En este año 1987 se ha pro­ ducido un salto cualitativo con el lanzamiento de tres publicaciones periódicas (trimestrales) que re­ cogen colaboraciones, artículos y estudios mono­ gráficos sobre problemática pastoral y evangeliza­ ción de los pueblos indígenas, sobre bilingüismo y educacion bicultural y sobre los problemas ambien­ tales de los pueblos indígenas: Iglesia, Pueblos y Cultura, Pueblos Indígenas y Educación, Hombre y Ambiente, respectivamente. Hoy, el total de pu­ blicaciones sobrepasa los 170 títulos y se espera edi­ tar en 1987 unos 50 títulos más.

APORTE EDITORIAL EN EL
CAMPO DE LA COMUNICACION 
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Se puede pensar que un trabajo editorial de este tipo se limita a la costumbre de hablar "sobre" lo indígena o "de" lo indígena. A ello se debe que la mayoría de la población no indígena alimente estereotipos falsos e imágenes instrumentalizadas del indio, a fuerza de referirse a ellos reduciéndolos a objetos o contenidos de un discurso. Ha llegado la hora en la que los indígenas hablen de sí mismos, constituyéndose en protagonistas de su propio discurso.

n este contexto, el trabajo editorial de Abya Yala consiste en ser un canal por el que el indio co­ munica a propios y extraños su esencia de persona, su experiencia vivida del acorralamiento progresivo hacia zonas de refugio, su resistencia a las formas de disolución cultural impuestas desde fuera, su dere­ cho a una concepción diversa de la vida y la memo­ ria de sus mayores.

Una larga serie de publicaciones ha querido revi­ vir y recuperar la historia tal como es vivida por los indígenas. Conviene poner de relieve que no todos

los autores son ind ígenas. Así hay obras en los si­ guientes géneros: recopilaciones mitológicas, tradi­ ción oral, poesía indígena, reflexiones de los indíge­ nas sobre su problemática histórica.

TRADICION ORAL: LOS PUEBLOS CONSTRUYEN Y RELATAN SU PROPIA HISTORIA~~~~~~~~~~~~

Reconstruir la historia de esta manera es todo un desafío para los investigadores:

Debemos entender el relato biográfico como un género literario, sujeto a ciertas reglas básicas. El relatar no es, ni mucho menos, una opción libre. Relatar implica partici­ par en un juego relativamente normado, reglamentado. Salvo que estemos en presencia de cierta genialidad narra­ tiva, el autobiógrafo está encasillado por estructuras precisas. La primera cuestión que resalta en este sentido es que normalmente el relato va acompañado de una

finalidad, es decir, se supone que la historia es emitida y receptada en el receptor. Esta intención de trasfondo obli­ ga al narrador a dar un determinado orden a sus experien­ cias, a otorgarles un cierto sentido de acuerdo a lo que se espera producir, en fin, a priorizar determinados aspectos de la vida en consideración a lo que se cree que interesa al receptor potencial. El investigador que recoge el testi­ monio generalmente ayuda a conseguir ese orden y sentido... Nuestros narradores enfrentaron normalmente la limitación de organizar sus relatos de acuerdo a lo que nosotros hacíamos ver que interesaba. El peligro está en que el investigador se convierta en esta relación en une camisa de fuerza, que su afán conductor llegue a alterar la estructura interna del discurso, en el otro extremo, que la falta de conducción y de orientación del relato derive en el exhibicionismo del informante.

Carola Lenzt, Mjgran~es,Cuadernos Ñucanchic Unancha, pág. 22

LOS PRIMEROS EJEMPLOS DE AUTOINVESTIGACION ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

La producción de Abya Yala es participativa. Han tomado parte especialistas; también hay obras colec­ tivas que representan el pensar de grupos enteros, como las recopilaciones tradicionales y mitológicas; hay asimismo obras elaboradas y escritas por indíge­ nas. Sin embargo, hay obras sin precedentes que merecen especial atención, como las coeditadas con el Instituto Normal Bilingüe Intercultural Shuar de Bomboíza (Amazonía ecuatoriana). El rector de este Instituto afirma: "Nosotros los shuaras desgra­ ciadamente no hemos tenido tiempo para reflexio­ nar en nuestra cultura y menos para escribir estas reflexiones. El contacto con la otra cultura nos hace sentir avasallados y apenas tenemos la posibilidad de seguir pensando y sintiendo como shuaras". De aIIí que, a partir de 1985, el Instituto ha lanzado a sus alumnos que se van a graduar hacia los centros, a enfrentarse consigo mismos y con susmayores. "Di­ ficultades y problemas han sobrado; hemos consta­ tado cuánto nos apartamos de nuestra cultura, prac­ ticando cosas que no son de nosotros con el sinó­ nimo de integración, civilización, educación". De esta iniciativa han surgido diversas monografías como: Los Anent. Expresión religiosa y familiar de los Shuaras. La Selva, Nuestra Vida. Sabiduría

Filosófica del Pueblo Shuar. El Tigre la Anacon­ da. Universo espiritual de los shuaras. Cuentos Achuar para Niños. El uso del ecosistema en el an­ tiguo pueblo Shuar".

La recuperación de la tradición oral que ha veni­ do realizando Abya-Yala no tiene como objetivo poner a las culturas de cara al pasado, para avivar en ellas la nostalgia de una identidad perdida; se intenta que los ind ígenas construyan su propia historia y recuperen su memoria en función de los problemas actuales. La pregunta central es: «íe qué manera esta historia puede tener efectos liberadores, de apoyo a la organización actual del pueblo? ¿De qué manera este pasado con todas sus manifestacio­ nes puede contribuir a orientar las luchas del pre­ sente? La recopilación de la memoria oral tiene co­ mo primer destinatario a los mismos indígenas, contribuyendo notablemente a su proceso de autoafirmación.

La historia colectiva se reconstruye a partir del relato biográfico de historias de vida. El componen­ te personal para la elaboración de "tradiciones ora­ les" es fundamental y lo que supone una limita­ ción para nuestro concepto de ciencia historiográ­ fica, es aqu í una riqueza.

Temas tan actuales como el deterioro del medio ambiente y del hábitat indígena, sobre todo amazó­ nico; la puesta en marcha de planes de producción y extracción de recursos que comprometen domi­ nios indígenas; el surgimiento y afianzarse de orga­ nizaciones indígenas y su articulación con los pode­ res poi íticos y con el Estado; las iniciativas en el campo de la educación bicultural, son temas que dominan el espacio de discusión. Ser portadores, hasta donde sea posible, del punto de vista del

ind ígena o de las instancias comprometidas con el indígena, es una tarea impostergable. Solo de este modo el trabajo editorial se vuelve comprometido,

porque es una voz de alerta que informa, provoca, propone, difunde nuevos caminos y sugiere alterna­ tivas másviables.

Al margen de las publicaciones, la riqueza más grande de Abya Yala consiste en haber convocado a un gran número de investigadores, especialistas, antropólogos, agentes de pastoral, organizaciones indígenas, entidades y organismos de investigación, a nivel nacional e internacional; con ellos se ha crea­ do y ganado un espacio de conciencia y discusión que crece y se expande cada día más.

El principal enemigo de una iniciativa como ésta es el deseo de "decir la última palabra". En el fondo de una tarea semejante existe el convencimiento de que hay que tener el valor de correr riesgos: el de ser incompletos, provisionales, criticables... Hoy tal vez no es tan urgente elaborar una síntesis, cuanto reunir fuentes, recoger elementos, estimular

la documentación y la investigación, poniendo los resultados al alcance del mayor número posible de personas.


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